miércoles, 2 de junio de 2010

Temporal I

Yo conozco la degradación de la palabra
en sus voces más efímeras
en sus contornos ausentes de libertad
por su olor a hombre
en su olor a muerte.

La independencia de reescribirse
es una ingrata compañía
es la misma mano que te golpea y acaricia dos veces.
Ocho corderos dañados
enlazados por un cordel
me miran asustados:
los saco a pasear entonces
para que se transcriban
pero nunca quieren
me miran aterrados
entonces me convenso
de que tengo que quererlos
y cuidarlos.

Lo bestial es lo inevitable
encontrarse con uno mismo
en alguna pausa del tiempo.