Hay un padre en el árbol genealógico de Dios al que no le reconozco ni las venas ni las manos, llega desde el lado oscuro de la sangre a recoger su destierro.
He estado flotando en el vientre de mi madre hace quince años
es un espacio doloroso
donde nazco todas las mañanas y navego
en un conjunto de masa de agua turbulenta
que cubre la mayor parte de mi hogar.
(…)un día llegó a liberarme, pero yo transmigré en pájaro y asustado eché a volar.
Cuando se es pájaro no queda tiempo para llorar
nos dirigimos a los otros con un lenguaje distinto.
(…)