lunes, 28 de junio de 2010

Bitácora de un hombre triste

No me sirven estas cosas vanas
para entender lo recíproco del mundo
o decidirme entre una corbata gris o azul
así la melancolía surge de sí misma
todo es circunferencial
un campo eléctrico
donde las ideas rebotan unas de otras.

Somos culpables de nacer
y que nos entreguen al calor de una mujer
que se termina

Somos culpables de buscar una parecida
inventar melodías para llamarlas
olerlas como a los perros

Nada es realmente propio
ni el lenguaje
ni el movimiento
ni la muerte
ni dios.

Me paro desnudo frente a la ventana
y no reflejo más que un paisaje mudo
ni materia muerta,
enciendo el televisor y ahí estoy al fin
en cada pedazo de imagen intervenida.

Cuál es entonces, el fin de estas palabras
si no son mías, si no existen tampoco
si no captan la esencia
la culpa o el remordimiento.

Tal vez quieren apropiarse de mi espera,
hacerla más agradable
pero yo prefiero aprender jardinería
o sacar la lengua
por la venta del auto.

viernes, 18 de junio de 2010

http://www.youtube.com/watch?v=4o4GxSGZGNA&feature=related

INFECCIÓN I
Las palabras proyectan la superficie:
la realidad nos comprime

todo es intención e instinto

INFECCIÓN II

Lo que soy no es más que la recopilación de otros
cuando muera todos se viene conmigo

INFECCIÓN III
Un cuerpo enfermo
sirve para recordar que uno está
y que un día va a morir

nacer para esperar
las veces que me he muerto y he tenido que parirme
a pesar del dolor
no sirve sujetarse de las paredes
no sirve el reverso de una palabra
o llorar de memoria.

miércoles, 2 de junio de 2010

Temporal I

Yo conozco la degradación de la palabra
en sus voces más efímeras
en sus contornos ausentes de libertad
por su olor a hombre
en su olor a muerte.

La independencia de reescribirse
es una ingrata compañía
es la misma mano que te golpea y acaricia dos veces.
Ocho corderos dañados
enlazados por un cordel
me miran asustados:
los saco a pasear entonces
para que se transcriban
pero nunca quieren
me miran aterrados
entonces me convenso
de que tengo que quererlos
y cuidarlos.

Lo bestial es lo inevitable
encontrarse con uno mismo
en alguna pausa del tiempo.